
Desarrollar nuevas habilidades es una ganancia, en la que la predisposición al cambio mediante una actitud proactiva y fuerza de voluntad nos hará afrontar la torpeza, la vergüenza, las incomodidades, los complejos y las inseguridades a las que ese cambio nos reta. Una vez superadas, conseguiremos obtener el resultado: una nueva aptitud. Y a partir de ahí, vuelta a empezar
¿Parece un círculo lógico y productivo?
Sin embargo, el peligro de esta lógica de la ganancia se cierne sobre lo que el hombre es capaz de desarrollar mediante su voluntad de mejora.
Desde hace aproximadamente 150 años gran parte de la humanidad se ha encargado de promover a toda costa un nuevo concepto de vida "la persona jurídica". Se creó algo poderoso pero poco capaz de desarrollar habilidades sociales.
Ha pasado exactamente lo mismo que con el monstruo de Frankenstein, el cual tenía tanta fuerza que se le escapó de las manos a su creador.
El error no es aplicar la lógica de la ganancia sobre este "ente", sino que la equivocación radica en que la ganancia lógica, es sumar beneficios económicos eludiendo sus responsabilidades, como si de un adolescente rebelde se tratase.
La solución, aún temprana, pasa por que las personas que pertenecemos y creamos a estos "entes" desarrollemos nuevas habilidades que nos permitan empujar a estas instituciones a responsabilizarse realmente de su impacto social, aunque eso comporte afrontar torpezas, vergüenzas, incomodidades, complejos e inseguridades que suponen ese cambio. Sólo de esa forma se podrá corregir el rumbo para obtener un desarrollo sostenido y ecuánime. Y a partir de ahí, vuelta a empezar.
¿Parece un círculo lógico y productivo?