En el mundo que nos rodea, lo que no se ve, lo que no se palpa, lo que no se percibe, tiene mayor importancia que todo lo que podemos apreciar mediante nuestros sentidos. Durante muchos años de nuestras vidas aprendemos todo aquello que nos enseñan cuestionándolo más bien poco. Creamos arreglos mentales de lo que es la realidad, asimilamos el espacio, el tiempo, la cultura que nos rodea, la religión, los vínculos entre humanos, el bien, el mal y así numerosos pensamientos que influyen en nuestra toma de decisiones.
A medida que se toma conciencia de la consecuencia de los actos que conlleva nuestra forma de ver las cosas, alteramos nuestros hábitos de reflexión y decidimos si seguir actuando de la misma manera o no.
Cada uno de nosotros poseemos un patrón de conducta muy similar al resto, sin embargo, hay algo que nos hace únicos y eso es, además de la genética aleatoria que recorre nuestras entrañas, el conjunto de experiencias que vamos obteniendo durante el transcurso de nuestro viaje.
Sin embargo, hay experiencias que no son tangibles por nuestros sentidos, son ideas que en nuestra mente son ciertas, pero que han sido experimentadas por otros y han llegado a convertirse en algo nuestro sin vacilar, son esas miles de cosas que damos por sentado.
Puede ser algo que nos han dicho o han mostrado y que en función de la influencia del interlocutor nos las hemos creído o no.
Lo importante de ello radica en que en esta vida, al ingenuo de a pie, al que no le han enseñado a poner en duda aquello que ve, vive y vivirá en un mundo creado a su medida, pero lejano a la realidad que le rodea.
Hay que luchar por la verdad de las cosas aunque ello conlleve transitoriamente confusión, controversia o genere decepción, pues para crear un mundo mejor debemos confluir en una misma realidad o alcanzar la más semejante posible entre individuos, puesto que las realidades individuales generarán diferencias, poca aceptación, envidias, etc…
No mueras en vida, no dejes de preguntarle a tu alma el porqué de las cosas, tenemos un fin en esta existencia que no es ganar dinero o ser el primero en algo, por mucho que nos lo quieran imprimir en la frente.
Es imposible dar de baja todas las fábulas que ha ido formando nuestra cabeza, pero para poder sentirse completo hay que ir reescribiendo el cuento poniendo en duda todo lo que nos rodea.
La realidad está en nuestras mentes y se puede incidir sobre ella, la curiosidad no debe desaparecer, no hay que dejarse arrastrar por la nebulosa gris de las sociedades tóxicas que muestran una realidad lejana a la verdad.
Alguien nos trajo aquí para llevar a cabo algo, aunque no entendamos el porqué, pero lo que si sabemos, es que podemos discurrir y opinar sobre las cosas de nuestro alrededor y también sabemos que eso nos gusta porque lo hacemos constantemente con nuestros vecinos, amigos, enemigos, familiares, desconocidos...
Por ello, hay que mantener el espíritu crítico pero redirigirlo para vislumbrar aquello que no se ve, aquello que damos por hecho, conseguir dar más luz a una realidad que muchas veces es oscura, para así ayudar al prójimo y a ti mismo a saber que es ese algo que debemos llevar a cabo.
"Busca lo que no se ve y te encontrarás a ti mismo."