sábado, 30 de mayo de 2009

NATURALEZA BÁSICA


Generalmente los hombres y mujeres se sienten atraídos hacia el sexo opuesto y esto está grabado en nuestro cerebro desde el comienzo mismo de la vida.

A los hombres les gustan las caras que muestran niveles bajos de testosterona, mandíbula inferior corta, labios carnosos. También desean un cabello largo y sano, una proporción entre cintura y caderas (0,66) y pecho prominentes como indicador de alto nivel estrogenos, lo que se convierte en signo de fertilidad.
A las mujeres les gustan los hombres de barbilla cuadrada y prominente, tez morena, altos, de espaldas anchas, torno esbelto y "piernas" largas, como indicador de testosterona y por tanto símbolo de fertilidad.

Los indicadores de salubridad y fertilidad han sido la clave de la selección sexual.

Hoy en día, la gente manipula su cuerpo a través de la cirugía, la cosmética, la moda, el pelo, para cambiar sus señales frente a los demás, sin embargo, no es nada nuevo. Históricamente en todas las culturas la gente ha intentado modificar su apariencia para parecer más atractivo.
Existen estudios que demuestran que la belleza facilita la búsqueda de trabajo o la toma de decisiones, por ejemplo, en los juicios hay una cierta benevolencia con la gente atractiva. Incluso las personas bellas disponen de mayor territorio propio, pueden acercarse más a la gente sin llegar a hacer sentir incómodo al prójimo.

El indicador más relevante es la símetria. Clínicamente la símetria es un indicador de un buen sistema inmunológico. A medida que envejecemos la simetría va desapareciendo debido a la exposición del cuerpo a los avatares de la vida. Por ello la juventud ha sido el tesoro más preciado en todas las culturas.

Esto explica nuestra naturaleza más básica. Nuestros impulsos sexuales son el principal motor para hallar una de las metas más preciada, la reproducción y lejos de ser algo meramente social, está grabado a conciencia en nuestros genes.

La reproducción es una de las finalidades de nuestra vida.
Sin amor no suele haber reproducción, por lo que obtenemos una premisa básica de nuestra naturaleza:

EL AMOR MUEVE AL MUNDO.

1 comentario:

markuko dijo...

Ciertamente, el amor parece ser una de las motivaciones de la evolución (incluida la reproducción sexual).

La indiferencia (ausencia de amor) merma las posibilidades de supervivencia a todas luces.

Destacar que en la belleza parece tener mucho que decir la proporción aurea (1+√5/2=1.618033988749894848204...). Ésta aparece de forma natural en toda la vida animal y vegetal.

Curiosidad: La secuencia Fibonacci también cumple esta misma proporción de crecimiento.