lunes, 26 de enero de 2009

LA FÁBRICA DEL TIEMPO


El tiempo marca el ritmo de nuestras vidas... pero a pesar de su férrea disciplina no es más que una convención inventada por nosotros mismos...

Hace 5.000 años los babilonios y los egipcios fueron los primeros en medir el tiempo para organizar la actividad agrícola. Se basaron en la observación del firmamento: el ciclo de la luna para inventar los meses, las estaciones para inventar los años y los cinco planetas que conocían, más la Luna y el Sol dieron paso a los siete días de la semana.
La división de los periodos del día según las 12 constelaciones más importantes dieron lugar a las 12 horas de luz y a las 12 horas de oscuridad. Sin embargo, la longitud de estas horas era inexacta, ya que, la duración de los días y de las noches era diferente en invierno y en verano.
No se midió de forma uniforme el tiempo hasta la época medieval en la cual se inventó el reloj mecánico y hasta el siglo XVII que se descubrió la propiedad del péndulo que permitió medir los segundos con equidad.
En consecuencia, el tiempo es calculable en función de quien lo evalúe.
Durante muchos siglos las horas de día (luz solar) en invierno eran más cortas y las horas de noche mucho más largas, sin que mucha gente fuera consciente de ello.

El tiempo, por tanto, tiene un componente psicológico trascendental. El cerebro inconsciente es quien procesa la información del tiempo.
Hay experimentos que indican que la percepción del tiempo es mayor cuando retenemos recuerdos más densos. Los recuerdos más densos se producen cuando se viven situaciones con una carga emocional elevada, como por ejemplo, cuando vivimos un accidente, un robo, un estímulo apasionado, el miedo, el estrés, un gran amor.

Cada cual percibe el tiempo según las vivencias ocurridas, por lo que nuestra noción del tiempo es completamente elástica.
Generalmente, a medida que nos hacemos mayores y vivimos inmersos en la rutina del día a día, los años parecen pasar más rápido, no obstante durante la infancia y adolescencia, en donde todo nos parece nuevo, los días, semanas y meses parecen más extensos.

Nuestro cerebro contiene una fábrica del tiempo particular.
Entonces… ¿cómo fabricar más tiempo?

La repetición acorta nuestro tiempo subjetivo (muchas neuronas no se activan cuando realizamos acciones ya conocidas para ahorrar energía, el inconveniente es que la consciencia interpreta el bajón de actividad haciéndonos creer que la experiencia dura menos tiempo que la primera vez que ocurrió).
Para poder alargar nuestra percepción del tiempo debemos almacenar constantemente recuerdos nuevos mediante actividades menos rutinarias.
ACTIVAR LAS NEURONAS CON NUEVAS EXPERIENCIAS ALARGARÁ LA PERCEPCIÓN DE LA VIDA!!!